Esta historia va de luchadoras. Mujeres que plantaron cara a su época, desechando estereotipos. De mujeres exploradoras y aventureras. De mujeres valientes y curiosas. De mujeres que dejaron atrás los miedos y las inseguridades. Mujeres que se lanzaron a conquistar lugares soñados cuando no era habitual que una mujer viajara sola. Mujeres que hicieron viajes largos y arriesgados. En silencio. Movidas por diversos motivos (religiosos, apuestas, relatos, ...). Mujeres a caballo, en bicicleta, en barco, a pie, en peregrinación, en avioneta, ... Mujeres que lograron otra hazaña: viajar a través del tiempo al dejarnos crónicas de sus periplos en aras de su libertad. Mujeres que deben ser recordadas como las primeras viajeras de la Historia.
Hemos rescatado a esas pioneras. En el siguiente libro podremos conocer algunas historias de esas mujeres. Os invito a leer su apasionante periplo.
Mis estudiantes de segundo de bachillerato y los de mi compañera, Ornela Monedero, han trabajado sobre ellas y se han preguntado sobre mujeres y viajes.
Tomaron como referencia esa información y debatieron acerca de mujeres que viajan solas. Este es el resultado de su debate.
Ojalá no tuviéramos que hacer estos homenajes. Ojalá no hiciera falta escribir estas cosas en pleno siglo XXI. La historia de las mujeres reclama su acceso a la palabra. Una palabra que aun se encuentra mediatizada por los hombres en su papel de portavoces. Así que, no me queda otra y, mientras tanto sea necesario, estaré reivindicando, junto a mi alumnado y mis compañeras, a aquellas mujeres que han hecho historia y se las ha silenciado.
Seguimos preguntándonos por qué se ha ocultado a las mujeres de los libros que relatan la historia. ¿Cuál es el motivo? ¿Ignorar su papel o deliberadamente silenciarlas? Pues si, las mujeres han sido deliberadamente silenciadas. Los cronistas no destacaban su papel, siempre lo ha considerado menor que el de los soldados.
Nos comprometemos a seguir denunciando la falta de revisión de las fuentes históricas basadas en tratados jurídicos y religiosos bajo la visión del varón. Nosotros comenzamos a reivindicarlas ya dese la Prehistoria, donde se vinculan al varón todas las figuras asexuadas de su arte. A los varones se les hace protagonistas de todas esas producciones. La mujer se queda sin representación y pasa a ocupar un escalón inferior. Agradecemos, desde estas líneas, el gesto de las nuevas investigaciones llevadas a cabo en Atapuerca donde se utiliza un lenguaje no sexista.
Y, es que está muy claro, nadie puede negar las manos de las mujeres en los pilares científicos de nuestra época. Hablamos de curanderas, cirujanas y parteras de la antigüedad. Aquellas mal entendidas brujas. Esas mujeres que preparaban el barro, que esmaltaban, que realizaban cosméticos, las conocedoras de plantas medicinales, … Pero estos trabajos no fueron considerados importantes hasta que los hombres se apropiaron de esos secretos (cocineros, médicos, alfareros, ginecólogos, …)
Las mujeres parecen que no tuvieron una historia. Nadie se acordó de ellas en tiempos de guerra. La historia necesita ser reescrita.
@camachomanarel
Comentarios
Publicar un comentario